Un estudio realizado por la Universidad de Sheffield encontró que el tipo de sangre podría tener un impacto significativo en el cerebro, a medida que las personas envejecen. Quienes son tipo O tienen más materia gris que aquellos con A, B o AB. Esta sustancia ayuda a proteger al cerebro de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
El doctor Matteo De Marco y la profesora Annalena Venneri, del departamento de neurociencia de la universidad, hicieron el descubrimiento tras analizar 189 imágenes por resonancia magnética de voluntarios sanos. Ellos calcularon los volúmenes de materia gris y exploraron las diferencias entre los diferentes tipos de sangre. Los resultados publicados reflejan que los individuos con un tipo de sangre O son menos propensos a padecer males mentales.
A medida que envejecemos, una reducción de los volúmenes de materia gris se hace patente, pero con el tiempo podría intensificarse. Aunque todos los tipos de sangre están hechos de los mismos componentes, no son iguales. Hay ocho clases distintas que se determinan por la presencia o ausencia de ciertos antígenos, sustancias que pueden desencadenar una respuesta inmune si son extrañas al organismo. Dado que algunos antígenos activan el sistema inmunológico del paciente, las transfusiones de sangre son siempre muy delicadas.