Que los niños hagan cualquier tipo de actividad física es necesario para su el desarrollo motor y social del niño, sin embargo, no todos los padres se esfuerzan en inculcar esto como disciplina constante, por falta de planificación, frecuencia y control.
La inmovilidad o escasa movilidad de la fisiología del niño produce cambios significativos en su funcionamiento además del impacto cultural y social que causa, ya que si un niño no juega o practica algún deporte se estará limitando de mantener y fortalecer su motricidad y le costará relacionarse con individuos de su misma edad o con los mismos gustos.
En culturas no urbanas, los niños y las niñas alcanzan un buen estado de forma solo mediante los juegos diarios, pero en la ciudad esto es imposible por la falta de espacios adecuados, por falta de tiempo y compañeros de juegos.
Es necesario que los padres tomen conciencia de la importancia de mantener activa la vitalidad de sus hijos y que se esfuercen por hacer que los niños se interesen en practicar alguna disciplina constante que favorezca el funcionamiento motor.