El ser deportista es un estilo de vida. Un estilo de vida cada vez más importante en día a día tan estresante y ajetreado. La forma de mantener un equilibrio entre la esencia de uno mismo y el mundo que nos rodea es, aprendiendo a trabajar en equipo, reconocer nuestras limitaciones y aprender a superarlas.
Diversos estudios han mostrado que los niveles bajos de endorfinas aparecen en estados de depresión y pesimismo, mientras que niveles elevados se asocian estrechamente a conductas más optimistas. Por lo tanto, es altamente probable que el ejercicio físico ayude a aumentar la confianza en uno mismo y la autoestima.
Además, la práctica deportiva regular favorece la liberación de otras sustancias químicas, como la serotonina y la dopamina, conocidas como neurotransmisores, responsables igualmente de la sensación de euforia.
Cualquier ejercicio físico que se practique de manera regular y moderada, como mínimo tres veces por semana y durante al menos 45 minutos, provocará un rápido efecto relajante y a la vez, beneficios psicológicos sobre el estado de ánimo. Esto es debido a que después de ejercitar el cuerpo de una manera intensa, la parte derecha del cerebro o de las emociones predomina sobre la izquierda o de la razón.
También se ha observado que la cantidad de sustancias endógenas (producidas por nuestro organismo) como la dopamina, la acetilcolina y la hormona oxitocina, reguladora de las emociones, aumentan después de la práctica de un ejercicio físico intenso.