Un mayor riesgo de que se desarrollen enfermedades relacionadas con el medio ambiente se hace presente gracias a la disminución de flora y fauna, lo que se conoce como biodiversidad.
Asma, alergia, enfermedades infecciosas e inflamatorias, incrementarían su incidencia en la población debido a la paulatina destrucción de habitad silvestre, de acuerdo a lo expuesto por el equipo de investigación de la Universidad de Helsinki.
Los determinantes ambientales pueden condicionar el beneficio de ciertos microorganismos para la piel, que protegerían a las personas de contraer enfermedades respiratorias y del intestino. La sensibilidad a los alérgenos seria una consecuencia directa de la destrucción de la naturaleza.
Es estudio realizado mostró que las personas que viven en sitios rurales poseen mayor presencia de bacterias protectoras en la piel que las personas que habitan en ciudades, viendo su cantidad de gammaproteobacterias afectada y siendo más sensibles y propensas a enfermedades.