Si observa en su bebé la aparición de un bulto en la región de la ingle o un aumento de tamaño del escroto (la bolsa que recubre el testículo), es posible que tenga una hernia inguinal. Esta patología es frecuente y se puede confundir con un problema benigno llamado hidrocele, en el cual hay una colección de líquido en la zona del escroto.
Lo más importante en estos casos es determinar que los testículos se encuentran en el saco escrotal y en algunos casos muy raros se puede ver que aparezca un anexo femenino u ovario, en la zona de la hernia, estas hernias requieren resolución quirúrgica. En la mayoría de los casos la lesión es bilateral aunque solo se observe en un lado.
Los bebés prematuros presentan una mayor incidencia de esta patología. Si se produce un atrapamiento del intestino en la hernia y no se puede reducir, se produce una emergencia llamada hernía encancerada y requiere resolución quirúrgica, lo más rápidamente posible.
Luego de la operación, se deben tener ciertos cuidados con el pequeño, conózcalo a continuación:
-Cure la herida diariamente con el antiséptico que le haya recomendado el pediatra. Recuerde que los primeros días es normal que tenga inflamada la zona intervenida.
-Procure que haga reposo relativo en casa durante una semana (no hace falta que permanezca en la cama).
-Pasado ese tiempo ya podrá salir a la calle, pero evite llevarle a los columpios y no lo deje practicar juegos ni hacer movimientos violentos (agacharse, correr, entre otros) hasta un mes después de la intervención.
-Si la herida le sangra o le supura, acuda inmediatamente al médico.
Con información de Mipedialdia