Cuando una pareja se besa de forma intensa y con gran pasión, hay una serie de mecanismos que se accionan en el organismo y que develan una experiencia satisfactoria al momento.
Algunos especialistas en el área sexual denominan como ?efecto de fuegos artificiales?, a la sensación que se genera al besar con intensidad. En este momento se detonan procesos químicos que asemejan una sobredosis, en donde incluso algunas personas pueden llegar a desmayarse.
Durante los besos apasionados se segrega adrenalina que aumenta la frecuencia cardíaca, conjuntamente con la presión arterial. Los niveles de testosterona en el organismo se incrementan, siendo esta la hormona que regula el deseo sexual.
También, se puede experimentar una sensación de bienestar, ya que se libera dopamina. Los besos prolongados suponen en ciertas personas, una clase de orgasmo sin penetración.