La conocida salsa bechamel es una preparación bien espesa de origen francés. Se elabora añadiendo leche a un roux blanco. Esta salsa se ha popularizado por su uso en la elaboración de platos gratinados que contienen pasta y/o verduras, solas o con carne y pescado, tanto en las cocinas profesionales como amateur. Hoy en día es tan popular que puede encontrarse envasada en la zona de refrigerados de muchos supermercados, y lista para ser empleada.
Muchas veces, cuando se pone manos a la obra, surgen pequeños problemas: o queda muy espesa o demasiado líquida, o aparecen esos molestos grumos que interfieren en su densidad y que obviamente no son bien vistos a la hora de consumirla.
Para hacer una bechamel sin grumos se debe tener en cuenta los siguientes puntos:
- Lo primero que deberá hacer es derretir a fuego lento la mantequilla y añadir la harina tamizada. Luego, cocine sin dejar de remover hasta se tueste ligeramente y se separe de las paredes.
- La cantidad de roux para espesar la leche sí varía en función del resultado que se quiera obtener, ya que no es lo mismo una salsa ligera, que una crema o una bechamel para rellenar croquetas (por ejemplo). En este caso para 40 gramos de mantequilla y 40 gramos de harina por litro de leche. Para 60 gramos de mantequilla y 60 gramos de harina por litro de leche.
- También para evitar los grumos en la superficie sólo hay que colocar film transparente en contacto con la bechamel para que se no seque.
Si durante la preparación y siguiendo los consejos nombrados anteriormente aún aparecen grumos lo importante no es entrar en desesperación. Lo mejor es pasar la mezcla por un colador, y así tendrá la textura deseada.
Con información de Consumer.es